Detección de gases tóxicos CO y NO2 y anemómetros ultrasonidos.
La finalidad de este proyecto es cubrir la carretera BI-637 a su paso por Leioa recuperando 4.132m2 de superficie para uso peatonal y terminando así con los problemas de contaminación acústica, además de modernizar la infraestructura e incluir mejoras en ventilación, iluminación y seguridad en el propio túnel. Con ello se ajustan a lo que marcan los criterios de calidad acústica (definidos en el Decreto 213/2012 de contaminación acústica de la Comunidad Autónoma del País Vasco).
En su modernización, además de las cubiertas transitables, se colocan dos cubiertas no transitables en ambas bocas (sentido Getxo y sentido Bilbao) dotadas de paneles de vidrio fotovoltaico para optimizar el aprovechamiento energético. Para una mayor protección de acústica elevada y limitar el impacto visual se colocan 860 metros de pantallas al borde de la calzada y 645 metros en mediana, todas ellas de 3m. de altura.
La obra, con más de 700.000kg. de acero laminado y 12 galerías de evacuación subterránea, supone una inversión aproximada de 62,5 millones de euros.
Para este proyecto de gran magnitud y complejidad, en una de las zonas con mayor densidad de tráfico de todo el territorio, la detección de gases tóxicos se lleva a cabo con los detectores DURTOX de CO y NO2 fabricados por Durán Electrónica y para el control ambiental se han instalado anemómetros ultrasonidos distribuidos por Durán Electrónica.